sábado, 8 de marzo de 2008

Carmiña y el cisne

Carmiña fue quien me enseñó a escribir, a leer, a hacer quebrados y luego me preparó para el examen de ingreso.

Me examiné de ingreso de Bachillerato en Santiago de Compostela. No recuerdo el nombre del Instituto, ni falta que me hace, porque yo solo fui allí a examinarme. Vivía con los abuelos en Villajuán y tenía profesora en casa. ¡ No había pisado aún ningún colegio!.

La noche anterior al examen dormí en la casa que mi profesora, Carmiña, tenía allí, en Santiago (“Tras el Pilar”, un callejón pequeñito, justo pegado a la Alameda y a la iglesia del Pilar). Era la primera vez en mi vida que no dormía en casa y se me hizo muy raro. No es que me diera miedo, pero sí me inspiraba un cierto respeto la situación...

Me adjudicaron una habitación grande, con una cama muy grande también (sería de matrimonio, supongo), y allí me quedé esa noche solita (pobre de mi), oyendo ruidos no familiares, crujidos de tarimas desconocidas, percibiendo otros olores distintos a los habituales.... y pensando en una situación desconocida también: la de presentarme por primera vez ante un tribunal al día siguiente...

Y me presenté y aprobé, y el cura de religión no me dijo nada por llevar un traje sin mangas con una chaquetita blanca, llena de agujeritos. ¿Por qué tendría esos agujeritos que transparentaban la manga del vestido?. ¿Quién me hizo notar este “peligro”?... no lo sé, pero lo que más me preocupaba del examen era éso: que el cura se apercibiera de mis mangas cortas.

Por la tarde paseamos por la Alameda; dimos de comer a los patos y Carmiña me regaló algo que me tuvo embelesada durante varios años: ¡un cisne fluorescente!. Jamás lo olvidaré. Lo miraba por la noche y me parecía un milagro que desprendiera luz... ¡era mágico!

2 comentarios:

Cigarra dijo...

Me siento honradísima de haber sido invitada a conocer este blog. Los recuerdos que vas desgranando en él, tienen tal encanto que me vas a tener que dejar volver muchas veces. Qué suerte no haber pisado un colegio hasta el bachillerato, y qué suerte tener tan buen sabor de boca de aquellos años. Te iba a dar la enhorabuena por tu ingreso en el mundo de los blogs, pero mas bien se la daré a tus lectores. ¡Bienvenida, y que tengas una andadura larga y feliz!

María la Delsa dijo...

¡¡Huy!!! acabo de ver tu comentario que me ha hecho una ilusión enorme, en contra de lo que parece...
Gracias, Cigarra mía; eres un sol.